El autoconsumo, una apuesta por las renovables
Puede decirse que la contaminación del planeta comenzó su avance desmedido a partir de la época de la revolución industrial, pues fue en este momento cuando se dio prioridad al desarrollo de maquinaria impulsada por combustibles fósiles, sin saber que la acumulación de los gases que produce su uso serían los responsables del efecto invernadero y otras consecuencias.
Aproximadamente 200 años después de su inicio, comenzamos a ser conscientes del impacto negativo que estábamos generando en el planeta, pues fue en 1970 cuando se tiene el primer registro del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, un fecha simbólica que representa el momento del año en que el humano ha utilizado todos los recursos naturales que el planeta era capaz de producir durante ese periodo.
Esta fecha se ha ido presentado antes en el calendario, con una única excepción en 2019, año de la pandemia de Covid-19 y durante la cual una gran parte de las actividades humanas se vieron pausadas, lo que otorgó al planeta unas semanas de respiro, pero que aun así no fueron suficientes.
La generación de energía es uno de los factores que más ha contribuido a la contaminación, pues de ella dependen todos los sectores de la actividad humana, las fuentes de energía más usadas en la actualidad, son también consideradas altamente contaminantes, es por ello que es necesario cambiar el modelo de generación y apostar por alternativas más responsables con el medio ambiente.
Es por esa razón que han comenzado a surgir herramientas como el autoconsumo, el cual consiste en sistemas capaces de aprovechar fuentes de energía renovable y limpia, como por ejemplo la solar y la eólica, para convertirlas en electricidad y calor que pueden ser utilizados tanto para actividades industriales como domésticas, estos sistemas además de tener un impacto considerablemente menor en el planeta, nos ofrecen una gran cantidad de ventajas entre las más importantes encontramos:
Ahorro economico:
A pesar de que instalar estos sistemas puede implicar un desembolso inicial considerable, los gastos que se generan posteriormente a partir de su uso son menores en comparación con las tarifas energéticas mensuales, las cuales están sujetas a distintas alzas y modificaciones de acuerdo al comportamiento de los mercados locales e internacionales, algo que no afecta a los usuarios del autoconsumo.
Rentabilizar espacios sin uso:
Dependiendo del tamaño de la instalación se puede conseguir un beneficio económico, ya que si la energía producida supera las necesidades de la vivienda y/o comercio, los propietarios pueden poner a la venta el excedente que generan. Otra alternativa es permitir a empresas energéticas, utilizar los espacios sin uso como techos o estacionamientos, para que instalen sus sistemas, de esta forma no será necesario pagar por el equipo y se podrá cobrar un alquiler por el espacio.
Facilidad de uso y mantenimiento:
El progreso tecnológico, nos ha permitido simplificar distintos procesos y la operación de estos equipos es uno de ellos, pues en su mayoría se encuentran automatizados y esto se ha logrado en parte gracias al internet de las cosas, un tipo de red que permite a los objetos conectarse entre ellos y con un usuario para realizar acciones como mover los paneles solares y orientarlos en la mejor ubicación para aprovechar la luz del sol en cada etapa del día, o enviar notificaciones a los usuarios para informar de posibles fallas y las acciones a tomar para prevenir problemas más graves.
Esos son solo algunos de los beneficios que el autoconsumo nos otorga, sin embargo para que cualquier modelo realmente se pueda convertir en una solución, es necesario que las personas también cambien su forma de pensar, pues sin importar qué tan ecológica parezca una idea, a través de un uso desmedido e irresponsable fácilmente se puede convertir en la siguiente fuente de contaminación.